Atesoran memoria sonora; rescatan grabaciones musicales para cine

EXCELSIOR

Mil 800 grabaciones musicales para cine, hechas de 1958 a 1975, son catalogadas y digitalizadas por la Fonoteca Nacional. Hay registros de Cantinflas, Tin-Tan, Agustín Lara y otros

CIUDAD DE MÉXICO.

Hace 23 años, Sibylle Hayem descubrió una bodega con olor a vinagre en los Estudios Churubusco. En su interior había miles de grabaciones en acetato que contenían los primeros registros de música para cine y cientos de canciones en la voz de Cantinflas, Javier Solís, Luis Aguilar, Tin-Tan, Lucha Villa y Agustín Lara, entre muchos más.

Estaban en proceso de descomposición y, por iniciativa propia, rescató un total de mil 800 grabaciones originales que hoy integran la memoria sonora del cine que va de 1958 a 1975 y conforman el primer soundtrack del cine nacional.

23 años hace que comenzó la labor de rescate del acervo sonoro, hoy en custodia de la Fonoteca Nacional

Este archivo, que consiguió la declaratoria de Memoria del Mundo en 2018, es conservado en la Fonoteca Nacional, pero aún no está al alcance del público. Sin embargo, en entrevista, Sibylle Hayem y Pável Granados hablan sobre este acervo que se ha digitalizado casi en su totalidad y mostraron algunos ejemplos a Excélsior.

Entre las joyas hay 15 composiciones, entre las que destacan piezas de Raúl Lavista, Eduardo Mata, Manuel Esperón, Antonio Díaz Conde, Sergio Guerrero, Gustavo César Carrión, Luis Hernández Bretón, Joaquín Gutiérrez Heras, Carlos Jiménez Mabarak, Leonardo Velázquez, Lucía Álvarez, Chucho Zarzosa, Federico Ruiz y Enrico Cabiati.

La música del cine mexicano tiene una larga historia y el primer registro del que tenemos en esta colección es la música de Sobre las olas, de 1948, con la voz de Pedro Infante”, explica Hayem.

Una de las grabaciones que se escucha es la que corresponde a la película Vida de Agustín Lara, de Alejandro Galindo, de 1958, en donde el Flaco de Oro toca el piano y canta Aventurera.

Primero se escucha la voz de un hombre que marca la grabación con la siguiente leyenda: “Vida de Agustín Lara, toma 1”. De inmediato surgen los acordes de Lara, pero apenas toca un poco y deja caer los dedos en el teclado. “No, perdón”, dice el compositor. Casi de inmediato se escucha: “Vida de Agustín Lara, toma 2” y el Flaco le replica con molestia: “Pérate, mano”.

Siete segundos después se oye: “Vida de Agustín Lara, toma 3”, comienzan los acordes y sigue la letra: “Vende caro tu amor, aventurera/ Da el precio del dolor, a tu pasado/ Y aquel, que de tu boca, la miel quiera/ Que pague con brillantes tu pecado/ Que pague con brillantes tú pecado…”, pero poco antes de terminar le falla un acorde y debe repetir toda la pieza. Así sucede hasta que la toma ocho es la afortunada.

Lo mismo ocurre cuando Pedro Infante canta A la orilla del mar con Antonio Aguilar, el Alma llanera con Javier Solís, y Ay, cariño o 16 toneladas con Tin-Tan, por mencionar algunos ejemplos, en donde habitualmente colaboraba la sección cuatro de los Filarmónicos del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica de la República Mexicana (STPC).

 

 

LA NEGLIGENCIA

 

Para Hayem, toda la música, las piezas, fragmentos y playbacks de esta colección forman parte de la “memoria inconsciente” del pueblo mexicano y eso es patrimonio, pero lograrlo no fue un camino fácil y ella misma recuerda lo que debió hacer.

Tuve que pelearme para lograr el reconocimiento de la Unesco, aun en contra de la gente de Churubusco. Yo les dije que iba a presentar el acervo, porque tú puedes promover un acervo, pero necesitas una institución que te respalde”, rememora.

La investigadora les comentó que tramitaría la declaratoria que le daría protección a este archivo. Así que llevó los documentos y, aunque Carlos García Agraz, entonces director de Estudios Churubusco, sabía que el deadline para su entrega era el 31 de octubre, pero lo firmó a última hora.

Al final, Sibylle hizo el trámite, pero cuando la declaratoria estaba en puerta, García Agraz le dijo que él no había firmado aquel documento. “¿Tú crees que me dieron una medalla? ¡No! Todo mundo me regañó”, aceptó la investigadora.

¿Por qué la molestia del entonces funcionario?, se le pregunta. “Porque aquel material excepcional se iba a la basura y, si se rescataba, necesitaría condiciones que el director no quería poner. Pese a todo, me dijo que ni ese sexenio ni en el siguiente se salvarían las cintas. ¿Qué podía hacer? Porque sabes que la vida de las cintas no es eterna y que se van a descomponer y, aunque la migraste a un soporte, se necesita trasladar al digital. Por fortuna, ya se va a salvar y difundir; ya se podrá investigar y escribir libros. Digamos que es un material que estaba a punto de desaparecer y ahora es Memoria del Mundo de la Unesco”, celebra.

Por último, apunta que todavía hay cerca de 500 títulos que acaba de llevar a la Fonoteca, los cuales aún están en cajas de cartón para su revisión. “Está la producción de los primeros cortometrajes con la historia política de México, los cuales datan de los años 70 y 80, y provienen del Centro de Producción de Cortometraje”.

 

CASO FRIDA

 

Por último, se le cuestiona a Pável Granados, director de la Fonoteca, sobre los avances en el caso de la supuesta voz de Frida Kahlo, pero aún está en proceso de investigación. “Todavía estamos buscando expertos y se continúa con el proceso de investigación. Como te comentaba, hace unos días vino un investigador de la Universidad de Berkeley. Ya platicamos con él, pero van a venir otros especialistas de la UNAM, así que estamos investigando con personas que se dedican a esto”, explica.

Y adelanta que está en proceso de crecer el archivo de El Bachiller Álvaro Gálvez y Fuentes. “Vamos a incrementarlo. Nos interesa mucho, porque hay más grabaciones, pero sus hijas han estado de viaje y pronto tendré una reunión con ellas”.